El pasado viernes 3 de julio se celebró en el salón de actos del Ayuntamiento de Ayerbe una reunión informativa acerca de los efectos globales que provocaría la construcción de un pantano en el Reino de los Mallos. Con una asistencia incomprensiblemente escasa, apenas cuarenta personas acudimos a recibir la necesaria información de una obra que puede cambiar de un modo drástico la vida cotidiana de un porcentaje muy elevado de ayerbenses y habitantes de pueblos vecinos. A todos, directa o indirectamente nos AFECTA de manera negativa la construcción de un pantano sobre las aguas bravas y libres del río Gállego.
Comenzando por los efectos que causaría en la fauna y flora característica de la zona, que se alimenta directamente de las aguas del Gállego y que las haría desaparecer debido a la construcción de un pantano, siguiendo por los cambios en la geografía de los alrededores de nuestro pueblo, debidos a la necesidad de obtener materiales para la construcción de una presa o los efectos que causaría en el turismo de la comarca (motor económico de la misma) la aparición de más mosquitos, niebla y cierre de empresas dedicadas al ocio en el río Gállego serían unos pocos de los muchos problemas que acarrearía (en el hipotético caso de llevarse a cabo) la construcción del denominado pantano de Biscarrués.
¿Por qué para que unos vivan mejor de lo que deberían (recordemos que en Monegros es tierra de secano reconvertida a regadío) otros tenemos que dar el brazo a torcer y acabar con uno de los pocos motivos por los que aún se mantiene nuestro pueblo y el Reino de los Mallos?
Como bien expuso Ignacio Cinto en la reunión, hace aproximadamente 15 ó 20 años ni en Ayerbe ni en la comarca había indicios de mejora en ningún aspecto. La población decrecía y envejecía, los negocios se iban reduciendo y Ayerbe y otros muchos pueblos de la comarca no tenían una visión de futuro muy esperanzadora. Está claro que los Mallos siempre han existido y el Castillo de Loarre también ha traído muchos visitantes en los últimos años. La zona tenía turismo y eso favorecía a nuestro pueblo. Pero hace ya 20 años que se comenzó a formar uno de los impulsos económicos más importantes para la zona. La creación de empresas dedicadas a las actividades en el río Gállego y en la naturaleza ha conseguido atraer a muchísimo más turismo, a mucha gente joven para trabajar que se ha asentado en la zona y consume de los negocios de la misma y ha traído, de nuevo, la vida al Reino de los Mallos.
Como también explicó en la reunión José Antonio Cuchí Oterino, licenciado y doctor en Ciencias Químicas y licenciado en Ciencias Geológicas por la Universidad de Zaragoza, la construcción de un pantano sobre el río Gállego puede ser un gran problema desde el aspecto geológico. Una zona con terrenos compuestos por materiales que se desprenden con facilidad no es lo más aconsejable, según el experto, para un pantano que según se explica en el Anteproyecto de su construcción, tiene como función estar lleno por el día y vaciarlo por la noche. Esta continua erosión de vaciado-llenado podría suponer un desbordamiento de aguas o la ruptura de la presa, lo que 'únicamente' supondría, según aparece en el Anteproyecto, la muerte de 4 vecinos de Ardisa...únicamente.
Por otro lado, el Doctor Cuchí también comentó la inmensa cantidad de materiales que harían falta para llevar a acabo la construcción de una presa de tales características. Ese material no es otro que el que podemos tener en los alrededores de nuestro pueblo.
Gravas y arcillas que podrían extraer de zonas cercanas a nuestra villa y que cambiarían por completo las bellas vistas que tenemos ahora. Nos dejarán socavones por numerosas zonas y nos construirán un pantano en nuestras narices, ahogando una zona que vive en gran parte del ir y venir de visitantes que pasan un fin de semana en el Reino de los Mallos, visitando el Castillo de Loarre, los Mallos de Riglos, practicando Rafting y otros deportes de Aventura en el río Gállego y activando una zona que hace dos décadas tenía un futuro muy crudo.
Además, como explicó Ramón Fontana, para que los vecinos de Santa Eulalia y Murillo no se queden incomunicados, habría que construir una gran cantidad de viaductos que valdrían mucho dinero y costarían demasiado tiempo, creando serios problemas para los vecinos de esta zona a la hora de desplazarse. Ancianos incomunicados y niños sin poder ir a la escuela. Un gran peso económico inútil para la Administración pública.
Que muchos de los ayerbenses que apoyan el pantano de Biscarrués piensen muy bien los pros y los contras de tener un pantano. Que piensen en los mosquitos, en la niebla, en su futuro, en el río, en sus negocios, en que si nos hacen el pantano no va a ser para regar nuestras tierras sino para acabar con el motor económico de la zona.
Aquellos que apoyen el pantano porque creen que se van a beneficiar al vender unas cuantas hectáreas de campos, que no se confundan y que valoren qué les viene mejor, si la construcción de un pantano en Biscarrués que haga decrecer el turismo, acabe con mucha de la flora y fauna de la zona, traiga mosquitos y nieblas constantes, destruya muchos puestos de trabajo que directa (empresas de aventura en Murillo por ejemplo) o indirectamente (sector servicios y comercios) viven de los visitantes o ganar un dinero que, como bien dijo Miriam en la reunión, van a tener que gastar en un lugar que no les gusta vivir porque en nuestro pueblo y en la zona en general cada vez habrá menos vida.
Por último, aquellos que crean que la construcción de un pantano va a crear puestos de trabajo durante los meses de su construcción, que no sean ingenuos, que como bien explicó Chon, los encargados de la obra van a ser empresas de fuera, con empleados de fuera. Comerán de Catering, ya que son tres turnos durante toda la obra y no hay restaurante alguno en Ayerbe que se pueda hacer cargo de una cantidad de gente de tales características a cualquier horario. Que si por un casual diesen trabajo a los ayerbenses en algún aspecto, que no dejen de pensar en una cosa: COMIDA PARA HOY Y HAMBRE, MUCHO HAMBRE PARA MAÑANA.
Di 'NO' al Pantano de Biscarrués. Di 'sí' a un río Gállego libre y bravo que da vida a una zona que hasta hace poco estaba muerta y que ahora está levantándose gracias al turismo, un turismo que se perderá como no nos unamos para ponernos contra un pantano que nos perjudica a todos.